Entre
1568 y 1572, las tierras de Tolox estuvieron convulsas. Después de
la conquista del reino Nazarí por los Reyes Católicos, las
capitulaciones acordadas por los dos bandos han sido ignoradas por
los vencedores. Los vencidos, primero fueron desposeídos de sus
tierras y sus casas, luego tuvieron que renegar de la fe musulmana,
abrazando sin convicción el cristianismo para seguir soportando
afrentas. En Tolox los cristianos nuevos o moriscos, están a un paso
de la sublevación y son las mujeres quienes rompen el primer fuego.
Impulsadas por Carmen hacen frente a los cristianos capitaneados por
el Cura Párroco.
A
continuación vino la guerra Morisca, propiciando crueldades sin par,
realizadas por los dos bandos. En una de estas razzia, Pedro nuestro
morisco protagonista sufre la pérdida de su familia a manos de un
grupo de salteadores camuflados como soldados.
Los
antaño pacíficos labriegos se convierten en soldados luchando
contra las tropas enviadas por Felipe II. Atacan las ciudades
controladas por los cristianos viejos y a cuantos viajeros cristianos
con los que se topan. La lucha se convierte en salvaje, donde los dos
bandos actúan sin escrúpulos. Ahora Pedro es jefe de un grupo de
guerrilleros moriscos, donde ha de imponerse por la fuerza y el
corazón a sus hombres.
Pero
sin más ayuda que la que pueden proporcionarles sus gentes, se
podría adivinar su derrota. Algunos de estos soldados, se convierten
en bandoleros. Pedro, ahora llamado el “Munfí” se convierte en
jefe de una partida. Atacan a los viajeros cristianos con los que se
topan e intentan sobrevivir sin apenas ayuda de nadie. También ellos
quieren dejar las armas y volver a trabajar la tierra.
Mientras,
desde la corte se emiten cartas de puebla para la comarca. Se envían
mensajeros a los reinos de Sevilla y Córdoba, así como al reino de
Galicia. Desde allí parte Alonso Vázquez con su familia. Su hija
María es una curandera con un gran corazón. Al llegar a los
alrededores de Tolox, la familia sufre un ataque de la partida
comandada por Pedro el “Munfí”. Ayudados por un grupo de
campesinos cristianos de Alozaina, consiguen repeler el ataque y
hacer prisionero a su capitán. Cuando los dos jóvenes cruzan sus
ojos, una chispa de amor prende entre ellos. Gracias a las buenas
palabras que la muchacha dice a quienes iban a ejecutar al
bandolero, consigue que lo liberen y se acepte una paz.
Aunque
se acate, no todos guardan cariño a los vecinos moriscos. Y aunque
todos son cristianos, algunos se sienten más que otros. Los jóvenes
ya presa de su amor, son sorprendidos por un grupo de borrachos con
el Párroco y el caballero al frente. Presos de su delirio, atacan a
la pareja. A pesar de la defensa son hechos prisioneros y amenazados
con la hoguera. Este acto, a punto está de hacer estallar un nuevo
conflicto. Pero la razón se impone y los dos grupos acaban
aceptándose, aunque manteniendo las diferencias sociales y
económicas.
Pero
aún queda un pequeño grupo de bandoleros sobrevivientes. Cuando
conocen la noticia de que van a ajusticiar a su antiguo camarada,
deciden liberarlo, sin conocer el resultado de paz y concordia que
hubo entre los vecinos. En un fugaz ataque, raptan a María, con el
fin de intercambiarla por su antiguo camarada Pedro “el Munfí”.
Él mismo, acude en su rescate y convence a algunos de sus compañeros
que lo acompañen y abandonen la lucha. Solo Juan de Ataujar, decide
no seguirle, suicidándose unos meses después para evitar ser
detenido.
A la
vuelta a Tolox, se celebran los esponsales de los jóvenes, con la
participación y cariño de todo el pueblo.